Hasta 1835, año en el que el Parlamento del Reino Unido implementó un acta sobre crueldad para con los animales, se realizaban apuestas basadas en peleas de ratas, ya entre ellas, ya con otros animales de mayor tamaño.
Las representaciones de las ratas en la ficción siempre han estado unidas a connotaciones negativas. Las ratas también son mostradas como un animal malo, feroz y agresivo, cuando en realidad es su "timidez" la que las ayuda a permanecer tanto tiempo inadvertidas en una casa infestada.
Las ratas también se utilizan como un mecanismo de horror, siendo la titular de mala fe en varias historias. Películas como Ratatouille enseñaron a los niños que las ratas no son simplemente un roedor desagradable a la vista, sino que también tienen su lado bueno y afable.
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